viernes, 31 de mayo de 2013

La exclusión social en Europa

“Europa 2020: una estrategia contra la pobreza en vía muerta

En vía muerta, ¡y tanto que en vía muerta! Lo cierto es, que no sabe uno si indignarse, enfadarse o qué pensar al leer las intenciones de nuestros políticos europeos al elaborar un proyecto de este calibre. Parece ser, que dicha estrategia plantea la idea de reducir en 20 millones la pobreza y la exclusión social para el año 2020 mediante la puesta en marcha de tres prioridades en materia de crecimiento: Crecimiento inteligente, crecimiento sostenible y crecimiento integrador. Qué bonito.

Me gustaría destacar algunos datos y cifras sobre la pobreza en Europa, tal y como hace el citado artículo, antes de comenzar a exponer mi humilde e intrascendente opinión con respecto a este asunto.

En 2010:
-          La población en riesgo de pobreza en la Unión Europea superaba los 115mill. de personas
-          En los países de la Eurozona los europeos con riesgo de pobreza oscilaban el 60,5%
-          En España la población en riesgo de pobreza era del 25,5%

En 2011:
-          En la Unión Europea la población en riesgo de pobreza alcanzó a 119,6 mill. de personas. (24,2%)
-          En España 12,4 millones de personas están en situación de exclusión o vulnerabilidad por alguno de los tres motivos (riesgo de pobreza, privación material severa o escaso trabajo remunerado en su hogar. Supone el 27% de la población 


                                                                                                                    
                                                                            La exclusión por países en 2011

En 2012, en España:                                       
-          Situación económica de los hogares
·         En el año 2012 el 12,7% de los hogares españoles manifiesta llegar a fin de mes con mucha dificultad. Este porcentaje supera en 2,9 puntos al registrado el año anterior.
·         El 44,5% de los hogares no se puede permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año. Este porcentaje es 5,6 puntos mayor que el registrado en 2011.
·         El 40,0% de los hogares no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, frente al 35,9% del año 2011.
·         El 7,4% de los hogares tiene retrasos en los pagos a la hora de abonar gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, electricidad, comunidad,...) en los 12 meses anteriores al de la entrevista. Este porcentaje es 1,2 puntos mayor que el del  año anterior
Fuente: INE

Poco más que añadir, lo cierto es, que las cifras hablan por sí solas. No solo no se está cumpliendo la elaborada y tan bien intencionada Estrategia Europea 2020, sino que las cifras suben y suben.

Me gustaría resaltar otro aspecto a tener en cuenta, y es, como ya mencioné en mi artículo anterior, el daño que ha supuesto para la economía española y en general, para el resto de economías europeas, la entrada en la Eurozona que no solo desestructuró nuestra economía, sino que nos llevó al declive tanto a nivel estatal como en la economía de cada hogar.

Por último, me ha resultado curioso leer acerca de las propuestas y medidas clave para avanzar en la lucha contra la pobreza, esas que dicen “promover acciones en materia de acceso al mercado de trabajo, protección social y acceso a los servicios sociales, educación y políticas de juventud, migraciones e integración de inmigrantes, inclusión social y antidiscriminación, políticas sectoriales…”  y un sinfín de etcéteras, quiero decir, de mentiras que nos cuentan nuestros políticos con el fin de hacernos creer que realmente están haciendo algo por luchar por nuestros intereses y bienestar. Lo cierto es que, a medida que van pasando los años, los ciudadanos de a pie, somos cada vez más conscientes de que la situación no mejora, si cabe, empeora.


miércoles, 17 de abril de 2013

“El desencanto de Europa”



Entre algunas definiciones sobre la UE encontramos algunas como:

“La Unión Europea es una entidad geopolítica que cubre una gran parte del continente europeo. Se basa en numerosos tratados y ha sido objeto de ampliaciones que han llevado de 6 estados miembros originalmente a 27 en 2007, la mayoría de Estados en Europa.
Sus orígenes se remontan al periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, en particular la fundación en 1951 de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en París, tras la "declaración Schuman", y a los Tratados de Roma, el constitutivo de la Comunidad Económica Europea y el de la Comunidad Europea. Ambos organismos son ahora parte de la Unión Europea, que se formó bajo ese nombre en 1992”
España se convirtió en miembro de pleno derecho de la Unión Europea en el año  1986. Desde entonces, la legislación de la Unión es aplicable a España en su totalidad. En 1993 se consumó el Mercado Único Europeo, desde entonces se permite la libre circulación de productos, personas y capitales dentro de la Unión Europea (UE).
Pero dicho esto ¿qué más conocemos sobre la UE y sus funciones? ¿Qué papel tiene en nuestras vidas y hasta qué punto nos influyen las decisiones que se toman en ella?
Conocemos también algunos datos como qué el Euro es la moneda oficial, qué salió al mercado en el año 2002 y qué desde ese día, los precios no han dejado de subir, aunque lamentablemente, no podamos decir lo mismo de nuestros salarios.
Dicho esto, y en términos generales, poco más sabríamos decir sobre el funcionamiento de la UE y las cuestiones que se manejan en la misma. Somos conscientes de que nuestro país, al igual que muchos otros, debe seguir las instrucciones y poner en marcha políticas dictadas por la UE.
Aquí es cuando nos planteamos diversas cuestiones, dudamos sobre si nos beneficia o no haber entrado en la UE, qué habría pasado de no haberlo hecho y sobre todo, en qué nos ha beneficiado, o mejor dicho, en qué ha beneficiado a España el uso de una moneda en común.

En preciso aclarar, que dichas dudas e incertidumbres han florecido con la llegada de nuestra ya conocida: Crisis económica. (Además de la crisis social, política y moral que la siguen de cerca)
Al principio se hablaba de ella por encima, parecía que no nos terminábamos de creer (con lo bien que iba todo) que una crisis económica se aproximaba. Pero no una  crisis pasajera, no; se trataba de una crisis económica a nivel mundial, de la que según decían: “Salir de ella supondrá un esfuerzo de todos”.
Pero llegó, y vaya si llegó. Entonces parece que todos despertamos, nos levantamos de nuestros sofás y fuimos conscientes de la que se nos venía encima. Todos hablaban de la crisis; en las calles, en los medios de comunicación, los telediarios…La gente empezó a preocuparse de verdad, o por lo menos, eso decían.
Llegó la crisis, y con ella, las medidas de resolución, cumbres europeas, recortes, recortes y más recortes. Entre los ciudadanos de a pie, también hemos podido ver cambios, tales como, reducción de consumo de productos “de lujo”, una mayor preocupación por el futuro y miradas de inquietud.

Por todo esto y mucho más, en nuestro país, un 15 de mayo de 2011, surgió un movimiento pacifista y revolucionario llamado 15-M cuyos propósitos, entre otros muchos, eran promover una democracia  más participativa que permitiera salir de la crisis, así como la búsqueda conjunta de una solución a la situación actual.
Este movimiento, que también se hacía llamar “los indignados”, en conmemoración al libro del recientemente  fallecido Stéphane Hessel (1917-2013), luchaba, como se ha mencionado anteriormente, por una democracia real, lejos de ser dirigidos y manipulados por los bancos y por un sistema político que de verdad mire por los derechos de sus ciudadanos.
A este movimiento, se unieron otros muchos países, tanto de la UE como otros, cuyos objetivos y propósitos eran compartidos entre sí. Tal y como podemos apreciar en el vídeo: “El desencanto de Europa”


Pero, ¿qué ha pasado con el 15-M?
¿Acaso se ha acabado la crisis? ¿O es que la población ha dejado de preocuparse por ella? Quizá nos hemos acomodado a la situación, es posible que ya no nos veamos con fuerzas para hacerle frente.
Por más que me esfuerzo, no logro comprender qué pudo pasar para llegar a esta pasividad en la población. Es cierto que las manifestaciones y huelgas están prácticamente a la orden del día en nuestro país, pero más cierto es, que no dan resultado alguno. Parece que nos hemos acostumbrado a ellas; por un lado, nos encontramos con personas que han perdido totalmente la confianza en nuestro sistema, y en cambio, aún existen otras muchas que siguen confiando en que son nuestros dirigentes los únicos capaces de sacarnos de la situación.
Y mientras tanto, recortes, desahucios y pobreza, pero eso sí, siempre haciendo caso a las órdenes que nos llegan desde arriba, es decir, desde la nuestra querida Unión Europea.